El Yoga tiene muchos caminos, pero un solo fin. Visto de forma general, ese fin es sencillo: Ser más feliz. Cuando comencé a practicar yoga, trece años atrás, no estaba del todo convencido que esta senda fuera hecha para mí. Me encontraba perdido, en muchos aspectos distintos, y buscaba un camino que seguir. Sabía que al final del día mi economía, profesión, situación familiar y amorosa eran todas increíblemente importantes, pero no lo eran todo. Buscaba algo que me llenara por dentro, algo mío que nadie me pudiera quitar. Después de tomar algunos cursos en religiones y tradiciones orientales, decidí probar las artes marciales. Por temas de horarios (estaba finalizando mi carrera) no pude cuadrar el tiempo y terminé en una clase de yoga. Al principio fue difícil, no solo porque mi cuerpo se sentía como una tabla (si buscaba tocarme los pies en una postura de pinza, llegaba a las rodillas), sino también por la gran cantidad de información distinta a todo lo que había aprendido hasta el momento. Lo que me hizo continuar, fue la idea de romper las barreras que mi cuerpo parecía tener. El conocer la gran variedad de posturas que parecen solo alcanzables por contorsionistas profesionales, y ver a mi profesor realizarlas, me hizo seguir con mayor entusiasmo. Por esta razón valoro tanto las “posturas reto”, el ver algo imposible y convencer a mi mente y cuerpo: “podemos lograrlo”.
A pesar de todos los beneficios de las posturas mencionadas a continuación, se debe tener cuidado al practicarlas. Siempre ir construyendo cada postura paso a paso, sin sobre extender nuestras capacidades en cuanto a fuerza, flexibilidad y elasticidad. Lo más importante es escuchar lo que el cuerpo nos va diciendo mientras armamos y desarmamos cada una de las posturas.
Para las siguientes posturas no existen contraindicaciones puntuales. El yoga no es una ciencia exacta, y todo depende de la anatomía y el cuidado con el que se practique cada postura, sin embargo, algunas medidas de precaución se deben tomar en el caso de tener diarrea o problemas digestivos, flujos abundantes durante periodos de menstruación, lesiones a nivel de cuello u hombros, migrañas fuertes, hipertensión o si se encuentra en etapas avanzadas de gestación.
Salamba Sarvangasana
Etimológicamente, Salamba es “con soporte”; Sarva quiere decir “cuerpo entero”; y Asana “postura” (आसन, Āsana). En español conocida como la vela, es una postura invertida llena de beneficios físicos y mentales. La primera vez que se menciona esta postura, es en el Shiva Samhita, o compendio del dios Shiva (creador del yoga), de autor desconocido, escrito en el siglo XIV. Se la ha practicado en muchas tradiciones yóguicas a lo largo de la historia, siendo B.K.S. Iyengar, uno de los autores del yoga moderno que mejor la describió y categorizó. En su libro “La luz del Yoga”, Iyengar describe a Sarvangasa como " una de las mayores bendiciones conferidas a la humanidad por nuestros antiguos sabios” y la llamo “la madre (o reina) de las Asanas”.
Sarvangasana tiene efectos directos sobre la glándula tiroides y paratiroides, el “candado” que se forma entre el mentón y el pecho permite que exista un mayor flujo sanguíneo a nivel de estas glándulas, ayudando a la regulación del metabolismo y de calcio en nuestro cuerpo. Al ser una postura invertida, también aumenta el flujo sanguíneo a nivel del pecho y cuello aliviando síntomas de asma, bronquitis y problemas respiratorios en general. Aumenta el flujo hacia el cerebro, relajando la mente, aliviando estrés, dolores de cabeza, insomnio, ansiedad y dando un “boost” al sistema inmune. Al ser una postura de inversión sostenida, ayuda al sistema digestivo, alivia problemas de riñones, hernias y menstruales.
Halasana
Traduciendo del antiguo sanscrito, Hala quiere decir “arado” y Asana “postura” (आसन, Āsana). La postura del arado tiene su nombre debido a que, mientras la realizamos, nuestro cuerpo toma la forma de un antiguo instrumento para arar la tierra. Esta postura tiene sus orígenes descritos en el siglo XIX. Es mencionada por primera vez en el tratado Sritattvanidhi, escrita por el Maharaja de Mysore, un reino al sur de la India.
En forma general, Halasana tiene los mismos beneficios que Salamba Sarvangasana. Su diferencia radica en que Halasana no es una postura intensamente invertida. Sus beneficios a nivel de cambios en flujo sanguíneo son los mismos, pero en menor medida. Por esta misma razón esta postura está recomendada para personas que sufran de hipertensión. Por el otro lado, el arado estira y flexibiliza con mayor fuerza la espalda, aplana la curvatura lumbar de la espalda y brinda una corrección a problemas como escoliosis, además tiene un efecto intenso a nivel de órganos abdominales. Su beneficio principal se mantiene a nivel de las glándulas tiroides y paratiroides.
Karnapidasana
El nombre proviene de las palabras en sánscrito Karna significa "orejas" y Asana “postura” (आसन, Āsana). Se la conoce como postura de presión de orejas y nos lleva a conectar con el siguiente paso del Ashtanga Yoga. En el Yoga clásico, existen siete ramas distintas para llegar al Samadhi o liberación total. Las posturas (Asanas) son el tercero, el control de la energía o respiración (Pranayama) es el cuarto. La quinta rama de este camino óctuple se denomina Pratyahara, o la cesación de los sentidos. Al presionar sobre las orejas con las rodillas estamos sacando un sentido físico del camino, para concentrar toda nuestra atención hacia adentro.
Es una postura intensa, avanzada. Estira fuertemente el cuello, espalda, isquiotibiales, glúteos y fortalece hombros. El practicar la cesación de los sentidos en esta postura toma de bastante práctica, pues primero se debe estar muy cómodo en ella, quedarse algunos minutos, cerrar los ojos y escuchar atentamente hacia adentro.
Matsyasana
Postura del pez, Matsya “pez” y Asana “postura” (आसन, Āsana). Es una postura que tiene su origen en el siglo XVII, descrita por primera vez en el Gheranda Samhita (o compendio de Gheranda) el cual es una enciclopedia de yoga clásica (probablemente de finales del siglo XVII). Su origen viene acompañado de una leyenda:
El buen rey Satyavrat se estaba bañando en un río cuando un pez diminuto nadó hacia sus manos y gritó: "¡Majestad, protégeme!" Así que el rey se lo llevó a casa. A la mañana siguiente había crecido el doble de su tamaño, así que el rey sacó un tazón más grande, y luego tazones, estanques y lagos sucesivamente más grandes, pero el pez superó rápidamente todos los contenedores. Por fin, el rey decidió llevarlo al mar, el momento que el Rey se disponía a colocarlo en la orilla, el pez grito desesperado: "¡Por favor, no me metas en un mar donde hay monstruos!". A estas alturas estaba claro que no se trataba de un pez cualquiera.
El Rey le suplicó al pez que revelara su verdadera forma y que explicara lo que realmente estaba sucediendo aquí. Inmediatamente, Vishnu (dios supremo, parte de la Triada Divina del Hinduismo) se paró ante él. Le dijo al Rey que en siete días, el mundo entero se inundaría. “Pero te enviaré una barca”, dijo el dios en forma de pez, “y tú me ayudarás a reconstruir el mundo: durante los próximos siete días debes recolectar todo tipo de semillas y plantas que crecen en la tierra, así como todas las criaturas que caminen sobre esta tierra. Cuando llegue el momento, pon todo esto en el bote. Usa a Vasuki, la serpiente cósmica, como una cuerda para atar el bote a mi cabeza, y te llevaré a salvo sobre la inundación ". Entonces, a la hora señalada, el Rey cargó el bote con todo tipo de semillas, plantas y con las formas sutiles de cada criatura viviente.
Mientras navegaban en el diluvio, el dios Vishnu, o, como probablemente deberíamos llamarlo ahora, Matsyavatar (El Avatar Pez, o una rencarnación del Dios en un pez) le habló al Rey sabiduría divina, enseñándole todo sobre los diferentes tipos de Yoga: de Jnana (Yoga de la sabiduría), Bhakti (Yoga de la devoción) y Karma (Yoga de la correcta acción). Hoy, su discurso se conoce como Matsya Purana. Navegaron durante eones, hasta que Brahma (otro dios de la Triada Divina Hindú, el dios creador de todo) despertó y creo un nuevo mundo, el cual emergió de las profundidades del océano. El Rey Satyavrat se convirtió en el gobernante y padre de las criaturas de esa nueva era.
Utilizamos esta postura como contra-postura a las invertidas sobre los hombros. Esta postura fortalece el cuello y hombros, abre y estira los hombros y el pecho. Tiene muchas variantes y se la puede realizar en loto, estirando piernas y rodillas, o con las piernas levantadas en el aire, fortaleciendo abdomen.
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