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Sirsasana: Guía gráfica para llegar al Rey de las Posturas

“Las cinco vitaminas para el practicante de yoga son fe, valor, osadía, absorción y una tremenda memoria para comprender lo que está pasando hoy; lo que sucedió ayer y hace muchos días, con una percepción consciente ininterrumpida”. B.K.S. IYENGAR.


Sirsasana es una postura invertida, según el Gran Maestro Bellur Krishnamachar Sundararaja Iyengar (14 diciembre de 1918 – 20 agosto de 2014), no solo es la postura invertida más importante, sino es “El Rey de todas las posturas”. Esto debido a su enorme cantidad de beneficios para el cuerpo y la mente.

Sirsasana, etimológicamente, quiere decir literalmente postura sobre la cabeza. Se encuentra clasificada como avanzada y primordial para el practicante de yoga, tanto para estudiantes como para maestros.

Se la menciona, por primera vez en el Yogaśāstra del siglo XI como Kapalikarana o técnica sobre el cráneo, y posteriormente en el siglo XIV en el Shiva Samhita como Viparita Karani (piernas sobre la pared). 

Entre los beneficios se encuentran:

-Limpia el sistema linfático.

-Estimula las glándulas pituitaria y pineal.

-Fortalece los brazos, espalda y piernas.

-Fortalece el sistema respiratorio, ayudando a aliviar aflicciones como el asma y la sinusitis.

-Estimula la digestión.

-Cura el insomnio.

-Calma la mente y ayuda a aliviar el estrés.

-Mejora la memoria y la concentración.

-Brinda efectos rejuvenecedores al brindar sangre al cerebro.

-Ayuda a observar (internamente) el mundo desde otra perspectiva.

-Incluso se dice que ayuda con el crecimiento del cabello (un poco tarde en mi caso particular).


Paso por Paso al "Rey de las Posturas"

Salamba (sostenida) Sirsasana I


1) Medimos la distancia de la pared, por lo general estirando los brazos y tocando la pared con la punta de los dedos. El lugar donde se encuentran los codos es la distancia ideal para asentar las manos.

2) Medimos la distancia correcta sosteniendo codos opuestos con las manos. Es muy importante mantenerlos a la distancia de los hombros, siempre van a querer ir hacia afuera y debemos evitarlo.

3) Entrelazamos los dedos, fijando los codos y antebrazos al suelo

4) Los dedos se entrelazan con firmeza. Las manos son el muro que mantiene nuestro equilibrio. Este muro debe ser firme y bien ubicado para brindarnos la máxima estabilidad posible.

5) Al colocar las manos sobre el suelo con firmeza, puede sentirse mucha presión sobre los meñiques, así que los salvaguardamos dentro sobre las palmas.

6) Apoyamos la corona de la cabeza en el centro de las manos, dejando la parte frontal del cráneo (el hueso más fuerte del cráneo) apoyado en el suelo. (si el mat es muy delgado, colocamos una toalla o doblamos el mat para tener mayor superficie entre nosotros y el suelo).



7) Activamos las puntas de los pies, siempre fijándonos que estén a la altura de la cadera (o más pegados). Subimos la cadera y enderezamos las piernas (como realizando un Adho Mukha Svanasana o perro que mira abajo). En este punto nos fijamos en nuestro cuello. Si se siente mucha presión, es probable que hayamos alineado alguna parte del cuerpo de forma equivocada y es mejor empezar desde el principio. En esta etapa podemos darnos cuenta de la forma de la espalda, el mantener la espalda con la forma de un gato (Marjaryasana). Esta forma en la espalda nos permite tener mayor fortaleza en la espalda (más compacta).


8) Si todo está bien alineado, nada duele y podemos ir caminando con las piernas estiradas, llevando los pies hacia la cara lo más cerca posible. En este punto es sencillo levantar una pierna al aire, y sentir el equilibrio.


9) Una vez que la primera pierna va arriba, con la fuerza del abdomen (y perdiendo el miedo) elevamos la segunda pierna hasta llegar a la pared.

10) Una vez que estemos asentados y estables en la pared, buscamos las alineaciones correctas, pues esta es una postura que involucra al cuerpo entero. El abdomen debe estar activo y fuerte, brindándole soporte a la espalda. Codos y antebrazos presionados firmemente contra el suelo. Glúteos contraídos y cadera empujando hacia el cielo. Para alinear de mejor forma, los pies los podemos mantener activos, en flex.

11) Desde esta posición, podemos ir jugando. Separando un pie, y luego el otro. Siempre con alineación correcta y escuchando el cuerpo mientras realizamos la postura.

12) Finalmente, al ir familiarizándonos con la postura, nos podremos ir balanceando por completo. Mantenemos la espalda en forma de gato (un poco arqueada, compacta).

13) Para bajar con seguridad, concentramos nuestra fuerza sobre abdomen para poder flexionar las piernas.

14) Finalmente, regresamos a donde comenzamos, pies activos en el suelo.

15) Antes de levantarnos, debemos regresar el flujo sanguíneo en el cuerpo a la normalidad. Para evitar mareos, o incluso desmayos, evitamos levantarnos repentinamente, y, como contrapostura, nos mantenemos unos minutos en Balasana (Postura del niño), con el cuello lo más recto posible. Para este propósito, podemos utilizar los dos puños uno sobre otro apoyados sobre la frente, o bien podemos utilizar una almohada o bloques de yoga.






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