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Sentir el Prana

Writer's picture: kukutyogikukutyogi


Prana se traduce literalmente como “energía vital” y es un concepto difícil de apreciar por nuestra cosmovisión occidental. Es la energía que fluye a través de todo el universo, incluso en objetos que consideramos sin vida. El Prana vive en nuestro cuerpo, tanto en el físico, como en el sutil, y lo experimentamos todos los días de distintas formas. Un ejemplo de esto es como, al momento que vamos a dormir, todas las funciones y procesos en nuestro cuerpo siguen funcionando. Nuestros órganos continúan trabajando, nuestra respiración funciona con normalidad. Todo esto sin que le pongamos la más mínima atención. Esta energía que hace trabajar nuestro cuerpo, a nivel de cada célula, se denomina Prana.

En diferentes culturas el Prana toma diferentes nombres. En la cultura china se llama chi, en la japonesa ki, para los católicos espíritu santo, para los romanos anima, para los griegos pneuma, ruh en el islam, ruah en el judaísmo, etc. Todas, en su esencia, significan “aliento de vida”, una energía que se encuentra en todo el universo.

En la tradición hindú, el Prana fluye a través de nuestros Nadis (ver el post sobre Chakras para más info. de estos) que son, en principio, ríos de energía (Prana) regados a través de nuestro cuerpo. Esta energía se concentra para formar Chakras y estos, a su vez, manejan nuestro cuerpo, emociones, etc. Es decir, el Prana es la partícula más pequeñita que construye nuestro cuerpo, sus procesos y hasta nuestras emociones y pensamientos. El yoga nos permite, a través de sus distintas prácticas, aprender a sentir y balancear nuestro Prana. Las diferentes escuelas tienen sus tradiciones particulares, en nuestro caso vamos a utilizar técnicas de hatha yoga (tomar conciencia, respiración, posturas) para hacer fluir esta energía.


Despertar la conciencia del Prana

Al realizar con constancia las diferentes prácticas de yoga, nuestra conciencia sobre el Prana va aumentando. Esta conciencia se puede manifestar al cerrar los ojos en silencio absoluto, buscar el vacío mental y conectar con la respiración. En este estado de conciencia, si se puede sentir un pulso interno se visualiza una luz o algún color, es una buena señal de estar conectados con nuestro Prana.

En esta práctica realizaremos diferentes técnicas de dominio de Prana, o Pranayamas, en conjunto con posturas activas, Asanas, para conectarnos con nuestro cuerpo físico.

Pranayamas

Respiración abdominal o

Diafragmática




La respiración abdominal o diafragmática es una técnica respiratoria consistente en aprovechar el espacio vacío que deja el abdomen al expandirse hacia adelante para ensanchar los pulmones, dado que el diafragma tiende a ir hacia abajo en dicha expansión. 

 La respiración abdominal es un tipo de respiración consciente, que solo puede utilizarse con concentración. En nuestro día a día utilizamos, en su mayoría, la respiración media. Requiere de práctica constante el poder utilizar la respiración abdominal, con todos sus beneficios, en nuestra vida diaria. 

Algunos beneficios de la respiración abdominal: 

Estira la columna vertebral

La respiración abdominal extiende las vértebras dado que en la expulsión del aire el diafragma asciende empujando los pulmones y la espalda. Podemos aprovechar para ayudar e intensificar este movimiento con los hombros y los dorsales, de modo que estiremos las vértebras ayudándolas a separarse y flexibilizar la columna. 

Balancea el pH sanguíneo 

Al ser un proceso consciente, esta respiración nos permite pausar la frecuencia respiratoria evitando la taquipnea o hiperventilación subclínica propia de los estados de ansiedad o estrés. De este modo evitamos que la sangre se acidifique por exceso de oxígeno en relación con el CO2, lo que comporta mareos, nerviosismo y diversos síndromes neurológicos. La respiración abdominal nos devuelve los niveles normales de CO2 en sangre y nos ayuda a eliminar la ansiedad y el exceso de estrés. 

Mejora la elasticidad pulmonar y tonifica el diafragma

La máxima capacidad pulmonar que alcanzamos en cada respiración es de unos seis litros de aire y a partir de los cuarenta años la misma empieza a decrecer. Por lo general, a los sesenta años nuestra capacidad pulmonar puede ser un 30% inferior a la que teníamos con treinta (por supuesto esto depende de un gran número de otros factores). Esta respiración ayuda a “entrenar” los pulmones, aumentando su flexibilidad y tonificando músculos respiratorios como el diafragma. Al fortalecer el diafragma, este logra expandirse más, lo cual permite que entre un mayor volumen de aire con cada una de las inhalaciones.


Respiración de fuego o

Khapalabati Pranayama


Una respiración purificadora. Literalmente significa “respiración de calavera brillante”, también se la llama respiración de fuego. Esta busca liberar los enredos de la mente, a la vez que elimina toxinas del cuerpo. Su énfasis está en la exhalación, apretando y metiendo el abdomen hacia la columna. La inhalación es pasiva, viene como instinto natural. Se la hace de forma rítmica en varios sets de repeticiones.

Algunos beneficios de la respiración de fuego:

Purifica el cuerpo y la sangre

El énfasis en esta respiración está en la exhalación, el motor de limpieza de nuestro cuerpo y mente. Elimina toxinas del cuerpo, oxigena la sangre e incluso se la puede usar cuando se tiene antojos innecesarios (comida, azúcar, alcohol, nicotina, etc.) para sustituirlos por la respiración.

Calienta el cuerpo y tonifica el abdomen

Al estar activando constantemente el abdomen para rápida exhalación, la respiración de fuego calienta el cuerpo y trabaja a nivel abdominal constantemente, como hacer abdominales constantes, pero sin mover ningún otro músculo. También mejora el sistema digestivo y les brinda un masaje a los órganos abdominales.

Balancea el sistema nervioso

Ayuda a calmar la mente en situaciones tensas y de estrés. Funciona para retomar el control en momentos difíciles, al poder ver todo desde una diferente perspectiva 8fuera del ego)

Estimula el cuerpo y la mente

Cafeína en forma de Prana, ayuda a aliviar la fatiga y el cansancio, haciéndola la respiración ideal para mantenerse alerta y, para realizar actividad física, ayuda a aumentar el rendimiento corporal.


Sitali y Sitkari Pranayama


Son Pranayamas que enfrían el cuerpo y la mente. Buscan llevar la conciencia sobre la respiración más alto. Para hacerlo, nos sentamos en una postura cómoda con espalda recta, mentón ligeramente hacia el pecho. Exhalamos por completo, enrollamos la lengua (como un sorbete) e inhalamos a través de ella mientras subimos la cabeza y la mirada. Al llegar al límite de inhalación (y movimiento) exhalamos a través de la nariz, con la boca cerrada, hasta regresar a la postura inicial. Si no se puede hacer con la lengua (Sitali) lo hacemos entrecerrando la boca con ayuda de los labios, dejando la lengua estática detrás de los dientes (Stkari).

Algunos beneficios de Sitali y Sitkari Pranayama:

Ayuda a tomar conciencia de la respiración

Al inhalar y exhalar muy despacio, y obstruyendo el paso del aire en la inhalación, vamos tomando conciencia de la profundidad y estabilidad de nuestra respiración. Esto nos ayuda a hacerla más profunda y a controlar mejor la forma de respirar en el día a día.

Enfría el cuerpo y la mente

Al inhalar despacio y a través de la lengua, ayudamos a enfriar nuestro cuerpo. También sirve para liberar pensamientos y emociones innecesarios categorizados como generadores de calor (ira, lujuria son ejemplos).

Calma la mente

Estudios como este:

han demostrado que Sitali y Sitkari Pranayama aumenta las ondas Alfa, Delta y Theta del cerebro, mientras que disminuye las ondas Beta. En forma general, las ondas Alfa son características de un cerebro en calma, mientras que las Beta se observan en una mente llena de ansiedad y estrés.


Respiración 4-7-8


Un ejercicio para tomar en cuenta nuestra capacidad pulmonar, mejorarla y, a su vez, ganar mayor conciencia del movimiento del Prana en nuestor cuerpo y mente.

Exhalamos por completo por la boca, bajando el el mentón hacia el pecho. A continuación, inhalamos por la nariz contando 4 tiempos, mientras vamos subiendo la mirada y cabeza hacia el cielo (o techo). Retenemos el aire por 7 tiempos y exhalamos por la boca, haciendo un sonido (whoooshhh) y contando 8 tiempos. Estos tiempos pueden ser largos, o lentos dependiendo de la capacidad pulmonar.




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